“Mi brazo izquierdo está frío. Lleva 74 años helado. Casi no puedo mirar hacia ese lado. Siento el terror recurrente de un recuerdo no borrado.
La veo todavía a ella. Famélica. Apoyada en él buscando el cariño de una hermana. Buscando el refugio a tanta iniquidad.
Mi brazo está muerto. Le falta vida. No soy yo sin ella. Una vida quebrada, incompleta.
Mi brazo no ayuda. Está ahí solo para recordarme, para hacerme sufrir, para no olvidar a los que me arrancaron de ella.
Mi brazo estará siempre frío. Hasta que me muera”
En 1941, a los 17 años de edad, la hermana de Gena Turgel fue asesinada por los nazis al ser sorprendida llevando comida a los presos del campamento Plaszov, en Cracovia; donde toda su familia acabaría presa poco después. Miriam solía dormir acurrucada en el brazo izquierdo de Gena.
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